MUJERES DE LA MAR

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Bermeo es un pueblo con una gran tradición marinera, donde la industria conservera ha sido el sustento para muchas de sus familias, generación tras generación.

Mientras los hombres salen a la mar día tras día, las mujeres se convierten en las manos de la anchoa, consiguiendo la excelencia en este producto.

Muchas personas no conocen el gran trabajo artesanal, que existe tras cada lata que llega al mercado. Es por ese motivo por el que queremos hacer un pequeño homenaje a todas esas mujeres que trabajan en ello.

Ellas son las grandes artesanas. Mujeres que quedan en un segundo plano, cuya vida está repleta de tradición y sabor a mar. Sus manos con olor a pescado, son el reflejo de una forma de sobrevivir en un entorno cada vez menos favorable.

Mujeres, la mayoría de familias de pescadores que desde siempre han vivido en primera persona esta cultura popular tan arraigada.

Su labor artesanal, se localiza desde el recibimiento de la anchoa y su adición de sal, hasta el envasado en cada una de las latas con aceite refinado pasando por la limpieza de la piel y las espinas, después de 6 a 8 meses de maduración.

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Un proceso delicado del que se encarga un equipo del que el 90% son mujeres. Y es que sin ellas, nunca se habría conseguido un producto tan único y deseado en el mercado.

Nosotros tenemos algo que no tiene nadie.

¿Y qué es Aitite?

Tu madre, tus tíos, los primos, las personas del pueblo que nos ayudan, tú.- Y me subía a los hombros y me decía que los enanos subidos a los gigantes siempre ven más allá que los gigantes.

Pasión, cariño y honestidad. No hay otro secreto.- Y me daba en la cabeza con esa mano poderosa, noble, mellada, con olor a sal, con manchas de vida.- Mano sucia de trabajo, no mancha, Laztana.

(Pequeño Fragmento del relato de Conservas Zallo)