Se trata de una pesquería totalmente artesanal en la que los bonitos son capturados uno a uno y posteriormente mimados a bordo para que lleguen al consumidor con la mayor calidad y frescura posible.
En estas salidas los pescadores se adentran a cientos de millas en el océano atlántico, sin saber donde comenzarán a encontrar los primeros ejemplares de bonito en su migración al Golfo de Bizkaia.
Pero, después de la espera… ¡por fin los tenemos aquí!
Los primeros bonitos del Cantábrico de la campaña 2016: recién cogidos, con el label de calidad en la cola.
A continuación, se trocean y se introducen en latas de pandereta, como las que os mostramos en las siguientes imágenes.
¿El resultado?
¡Un producto de una calidad inigualable!