¿Cómo debo conservar el pescado?

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Como todos sabemos el pescado es un alimento con una gran facilidad para estropearse, esto se debe al desarrollo de bacterias y a la alteración de sus proteínas y grasas. Si se conserva a temperaturas adecuadas a la congelación, la multiplicación de las bacterias se interrumpe, y el producto se conserva durante meses manteniendo su calidad original.

¿Pero el producto sabe igual una vez congelado?

Una vez que el producto ha comenzado el proceso de congelación, su calidad va a depender de ciertos factores como:

  • La calidad del pescado inicial: a la hora de comprar pescado debemos de seleccionar siempre el más fresco.
  • Velocidad y temperatura de congelación: la calidad del producto es mejor cuanto menor es el tiempo que ha transcurrido entre su captura y su congelación.
  • Envasado: impide la pérdida de agua y el enranciamiento de la grasa gracias a que evita el contacto directo del pescado con el aire.
  • Almacenamiento: El pescado requiere una temperatura de conservación tan baja como sea posible y evitar oscilación. Tanto en casa como en los servicios de alimentación debe conservarse como mínimo a 18º bajo cero.

¿Cuáles son los pescados que mejor soportan la congelación?

Son los pescados con textura fina como el lenguado y otros pescados blancos y planos (gallo, fletán o halibut…), que se conservan hasta los 6 meses. El salmón, el bacalao y la merluza, no son muy adecuados para este sistema de conservación, porque su carne se ablanda y pierde jugos tras la descongelación.

¿Y como debo congelarlo en casa?

Tras comprar conviene limpiar, lavar y eviscerar el pescado antes de introducirlo en el congelador. Además es conveniente trocearlo en piezas del tamaño en que se vayan a cocinar tras su descongelación y no muy gruesas. Es importante etiquetarlo de forma correcta , con la fecha de congelación.

El proceso de descongelación, es un proceso delicado que influye en las cualidades del pescado. Lo adecuado es meter el pescado en la parte menos fría de la nevera, en el microondas o bien cocinarlo de forma directa sin descongelar, nunca a temperatura ambiente, ni sumergirlo en agua, ya que provoca perdidas nutritivas en el producto, y riesgo a intoxicaciones.

(Fuente: Eroski Consumer)